A las 3:00 h
de la madrugada del domingo 27 de octubre deberemos poner las 2:00 h. en
nuestros relojes. Empiezan de nuevo las eternas discusiones sobre si se
adelanta o atrasa una hora, si dormimos una hora más o una hora menos, si es real
el ahorro energético, si nos levantamos y es de noche, ...
Este año tiene un nuevo punto de debate ya que el Gobierno ha presentado una propuesta de modificar definitivamente el horario español, atrasándolo una hora de forma permanente. ¿Porqué se cambia la hora en octubre y marzo? ¿Cuál es el objetivo de este ajuste horario? ¿Seguirán atrasándose y adelantándose los relojes en otoño y primavera si finalmente se hace efectiva la idea del Gobierno?
Este año tiene un nuevo punto de debate ya que el Gobierno ha presentado una propuesta de modificar definitivamente el horario español, atrasándolo una hora de forma permanente. ¿Porqué se cambia la hora en octubre y marzo? ¿Cuál es el objetivo de este ajuste horario? ¿Seguirán atrasándose y adelantándose los relojes en otoño y primavera si finalmente se hace efectiva la idea del Gobierno?
La práctica
del cambio de hora (atrasar el reloj una hora en invierno y
adelantarlo en verano) se generalizó de forma desigual a partir de 1974, al
producirse la primera crisis del petróleo. Como respuesta, algunos países
decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y
así, consumir menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde
1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.
Desde 2001,
este cambio de hora se aplica con carácter indefinido y quedó
establecido que la hora de verano -cuando se adelanta el reloj una hora-
comienza el último domingo del mes de marzo y finaliza cuando se retrasa una
hora el último domingo de octubre.
AHORRO ENERGÉTICO
La aprobación
de esta directiva del cambio de hora está avalada por las
conclusiones de un estudio sobre su alcance y efectos, realizado por encargo de
la Comisión Europea y presentado al Parlamento en 1999. El estudio concluye que
el cambio horario tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre
otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las
condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
Según
estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía
(IDAE), el potencial de ahorro en iluminación en España por el cambio de
hora puede llegar a representar un 5 % del consumo eléctrico en iluminación,
equivalente a unos 300 millones de euros. De esa cantidad, 90 millones
correspondería al potencial de los hogares españoles. No obstante, Industria
subraya que, para alcanzar este potencial de ahorro, se deberá llevar a cabo un
comportamiento responsable en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación
artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de tecnologías de
ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural en los edificios,
entre otras recomendaciones.
INCIDENCIA
EN NUESTRO COMPORTAMIENTO
Los
primeros días muchos pueden sentir tristeza, cansancio y somnolencia. «Pero el
cambio de hora, en sí mismo, no produce depresión, aunque sí que está
comprobado que el estado de ánimo guarda relación con la luz solar y
el buen tiempo», explica Gemma Prats, psicóloga y picoterapetua del espacio Nútrim.
No
hay que extrañarse si, tras el cambio de hora, se tiene sensación de tristeza,
apatía, desánimo e incluso alteración en el sueño, irritabilidad o falta
de concentración. «Esto suele durar entre dos días a una semana aproximadamente
aunque en algunas personas puede alargarse un poco más» señala Prats.
Para
sobrellevar mejor los efectos que en nuestro ánimo puede provocar el cambio de
hora y adaptarse a los nuevos horarios, Prats aconseja seguir estas
rutinas:
1. Si
aparece la sensación de desánimo se puede combatir«cambiando nuestro
pensamiento negativo y nuestras creencias sobre la falta de luz y dejar de
repetirnos constantemente "ya es de noche"».
2. La
clave está en tener una vida activa, en contacto con la naturaleza,
desarrollar actividades placenteras y disfrutar del tiempo libre: pasear,
correr, ir en bicicleta, etc. «Hacer actividades al aire libre y aprovechar la
luz solar está directamente relacionado con la salud física y también con la
emocional, por lo tanto, ésta es una recomendación para siempre y no sólo para
una época del año determinada.»
3. No
hay que variar el horario para ir a dormir y levantarse. Para nuestra felicidad
es importante estar conectados con nuestro entorno social, amigos y familia.
Por eso no hay que cambiar hábitos horarios.
4.
Una siesta bien hecha (de unos 15 minutos) es perfectamente compatible con
el hecho de disfrutar de la luz solar. Cada persona tiene que escuchar a
su cuerpo y atender sus emociones. Hay personas que la siesta les sienta muy
bien, otras que se levantan de muy mal humor, a veces por la sensación de haber
perdido el tiempo, y otras que ni siquiera consiguen hacerla.
5.
Los niños, sobre todo los bebés, son los más sensibles al cambio de
horario. De hecho, ellos siguen demandando su comida o su sueño
independientemente del reloj. Para ayudarles es necesario que este cambio sea más
paulatino, y no de un día para otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario